jueves, 18 de julio de 2013

Mamíferos del Ecuador

En el Ecuador viven 404 especies de mamíferos. Este número corresponde al 7.36% del total mundial. De ellas, 161 especies son quirópteros (murciélagos) y 111 especies roedores (ratas, guantas, guatusas, ardillas, etc.). La suma de estas especies (272) constituyen las dos terceras partes de los mamíferos que viven en nuestro país.

La diversidad, es relativamente grande, gracias a la existencia de una variedad de climas y una enorme riqueza de hábitat diferentes. Esto se debe a que el territorio ecuatoriano está ubicado en la Zona Tórrida, pero atravesado por el macizo de los Andes e influenciado por las corrientes marinas: Fría de Humbolt por el sur, y la Cálida del Niño por el norte. Además, es parte del patrimonio nacional el Archipiélago de Galápagos y las aguas que constituyen el Mar Territorial, lugares que también son habitados por varias especies de mamíferos.
 







Por el número de especies, sin considerar la extensión territorial, el Ecuador ocupa el 9no. lugar entre todos los países del mundo, detrás de Brasil, China, México y otros países que tienen extensiones más grandes.
Los mamíferos de la fauna ecuatoriana, con pocas excepciones, son especies que habitan exclusivamente la América tropical, conocida en el mundo como Región Neotropical. El neotrópico se extiende desde el extremo sur de Norteamérica hasta la Patagonia.







Algunas especies son endémicas (41 especies que equivale al 10.1% del total). Especies endémicas del Ecuador significa que únicamente viven en nuestro país. 

El caso de las especies endémicas que se encuentran en Galápagos fue sabiamente explicado, a mediados del Siglo XIX, por el naturalista inglés Charles Darwin en su genial obra "El origen de las especies" en la que destaca como factores determinantes el aislamiento geográfico y las diferencias medioambientales de cada isla con respecto a las demás. 






El endemismo del Ecuador continental, en cambio, debe encontrar explicación en la influencia que ejercen las corrientes marinas y en la accidentada topografía de la mayor parte de su superficie, que ha dado lugar a pequeñas extensiones de territorio con características meteorológicas propias y particularidades climáticas específicas, que les vuelven diferentes y únicas. Estos lugares han favorecido a que se produzcan procesos evolutivos propios con la consecuente formación de nuevas especies adaptadas a vivir solamente en ellos.

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